Te contamos lo más destacado sobre este tipo de muestra

¿Quién no se ha hecho en algún momento un análisis de orina? Es tan frecuente que la mayoría de las personas se habrá hecho al menos uno a lo largo de su vida. Podemos deducir que este tipo de muestra contiene información complementaria al de los análisis de sangre; pero ¿qué información nueva aportan y por qué son tan importantes? Estas preguntas y algunas más os las resolvemos a continuación.

 

Dos tipos de análisis de orina

Generalmente, cuando acudimos a la farmacia para solicitar nuestro recipiente para poder llevar nuestra orina al centro de salud, nos preguntan qué tipo de análisis nos han pedido. Y es que, aunque muchos pensemos que solo existe uno -un bote pequeño transparente con una tapa con rosca-, resulta que los hay de dos tipos.

El primero, con el que la mayoría estamos familiarizados es el bote pequeño (50-100ml de capacidad), es decir, el de orina de una micción. Como normal general, se suele recoger la primera orina de la mañana debido a que presenta ciertas ventajas que si se toma más adelante durante el día. Por ejemplo, la orina está más concentrada por lo que se mejora la capacidad de diagnóstico y se limitan las alteraciones (dieta, ejercicio físico…). Este tipo es empleado para análisis básico o anormal y sedimento, microalbúminas, proteínas, calcio, fosforo, magnesio, urocultivo, etc. Asimismo, también se puede utilizar para realizar una prueba de embarazo en la que se detecta la hormona gonadotropina crónica humana (GCH), incluso 10 días después de la relación sexual.

El segundo, es el de orina de tiempo controlado, que, a diferencia del anterior, se recoge orina durante todo el día (24h); se solicita en situaciones más concretas para detectar ciertas sustancias que solo están presentes en momentos determinados del día. En este caso, el bote es de entre 2 y 5 litros y contiene un asa para que resulte más fácil de manejar. En algunos casos es necesario que estos botes estén acidificados con ácido clorhídrico concentrado y sean opacos, en cuyo caso el médico prescriptor lo indicara antes de que abandones la clínica. Este tipo puede ser empleado para la recogida de proteínas, calcio, fósforo, magnesio, ácido úrico, citrato, oxálico, aclaramientos de creatinina, de calcio, fósforo, etc. En concreto, la determinación de catecolaminas, ácido vanilmandélico y 5-hidroxiindolacético requieren los recipientes acidificados.

En cualquier caso, sea de un tipo u otro, resulta imprescindible que los contenedores de recogida de orina estén completamente limpios y secos -en caso de que se realicen análisis microbiológico también deberán ser estériles-. Estos son de boca ancha para facilitar el depósito de la orina en el propio contenedor y deben tener un tapón de rosca que sea hermético para evitar derrames. La mayoría son transparentes salvo en algunos casos que, debido a que la luz puede afectar al análisis, son opacos.

 

Análisis de una micción, ¿cómo recoger la muestra?

Sigue estos #consejosMICOF para una correcta recogida de la primera orina del día:

  • Realiza un ayuno de mínimo 8h.
  • Lávate antes las manos y la zona genital con jabón específico y abundante agua y sécala con una toalla (delante-atrás).
  • No rellenes demasiado el bote.
  • Recoge la porción intermedia; descarta las primeras y últimas gotas.
  • Evita que la orina toque la piel (mujer: separar los labios exteriores / hombre: retraer el prepucio).
  • Recógela entre 3-4 días antes de la menstruación o 3-4 días después de finalizarla.
  • Lleva tu muestra lo antes posible.

 

En caso de que soliciten un urocultivo de orina de primera hora de la mañana para tu bebé -aunque para los bebés elegir la primera orina resulta complicado-, te recomendamos seguir estos #consejosMICOF:

  • Lávate las manos con agua y jabón y sécatelas con una toalla limpia.
  • Lava la zona genital del bebé con escaso jabón específico y abundante agua, retirando los labios mayores en niñas y prepucio en niños.
  • Seca la zona con una toalla limpia.
  • Utiliza una bolsa de orina perineal (bolsa de plástico que se adhiere a los genitales del bebé), retirando la parte inferior del papel protector de la bolsa, separando las piernas del bebé y colocándola en el orificio por donde orina.
  • Asegura que la bolsa esté bien adherida y no queden huecos para evitar derramas.
  • Recoge la orina realizando la maniobra de estimulación vesical en neonatos:
  • Coger al neonato por las axilas, dejar las piernas colgando, estimular la vejiga (con golpes suaves en la zona suprapúbica) y estimulando la zona sacra (con un ligero masaje de 30 segundos).
  • Repite la maniobra hasta lograr la micción y recuerda que una muestra de orina se recoge a mitad del chorro en una bolsa estéril.

Deberás repetir todo este proceso cada media hora si no orina, para lo que será necesario cambiar la bolsa.

 

Color de la orina y causas

Después de haber recogido la orina, como generalmente los botes son traslúcidos, es fácil distinguir el color de la orina. Podríamos afirmar que la orina en condiciones normales es límpida y de color amarillento -la intensidad puede variar dependiendo de la concentración- debido a unos pigmentos (urocromos) que se degradan de la hemoglobina (elemento de la sangre).

Sin embargo, la orina también puede tener otras tonalidades y es una forma de aportar más información respecto a la posible alteración que ocurre en el cuerpo. En la tabla que incluimos a continuación se relaciona el color de la orina con las posibles causas:

Aparte del color, el olor también es detectable y fácil de identificar. La orina es inodora, es decir que cuando detectamos algún olor puede significar que algo en nuestro cuerpo no funciona del todo correctamente:

Además de las mencionadas, existen otros olores característicos que pueden significar otras patologías; pero recuerda que cualquier percepción nuestra puede no ser la acertada y que siempre debemos consultar a un profesional de la salud como es nuestro farmacéutico.

 

 

FUENTE:

  1. Información a pacientes. Consejo General de Colegios Farmacéuticos, vocalía de análisis clínicos.
  2. Pineda D., Cabezas A., Ruiz G. Análisis de las muestras de orina. El laboratorio Clínico 3. LABCAM. Octubre 2011.
  3. Govantes J., Lorenzo P., Govantes C. Manueal Normon 7ª edición. Febrero 1999.
  4. Tratamiento de las infecciones en pediatría. Guía rápida para la selección del tratamiento antimicrobiano empírico. Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP).
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