FUENTE: 20 Minutos
Cada vez son más las personas que se preocupan por adquirir productos cosméticos que no hayan sido testados en animales, es decir, que sean cruelty free. Sin embargo, en ocasiones es difícil asegurarse de que cierto producto no se haya probado en animales en ninguna parte del proceso de fabricación o comercialización.
De este modo, una primera señal que puede haber para saber a ciencia cierta que el producto no está testado en animales es que todos los artículos que se fabriquen o tengan autorización para venderse en la Unión Europea deben cumplir este requisito, pues está expresamente prohibido, según la Organización de Consumidores y Usuarios.
Testar en animales: la legislación europea
Cuando se habla de cruelty free enseguida se piensa en productos cosméticos en general. Estos incluyen tanto el maquillaje como otros artículos de higiene, cuidado y belleza, como champús, desodorantes, cremas...
La legislación europea prohíbe totalmente esta práctica desde el año 2013, aunque existen algunas excepciones bajo el reglamento recogido por el Registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas (REACH). Además, el que se haga en otros países de fuera de Europa, hace que la preocupación en el tema animal siga vigente para muchos consumidores.
Concretamente, es mediante el Reglamento (CE) Nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo por la que:
Esto quiere decir que si el producto se vende en España o Europa, podemos decir que no ha sido probado en animales. La única excepción a esta norma son determinadas sustancias, sometidas al reglamento de sustancias químicas (REACH), cuya posible toxicidad puede excepcionalmente obligar a realizar pruebas concretas, siempre en beneficio de la salud de los consumidores.
Alegaciones innecesarias de las marcas
Recurrir en la publicidad o en los envases a alegaciones como "no testado en animales o "cruelty free" por parte de las marcas es algo innecesario en los productos que se comercializan en la Unión Europea.
El que aparezca una de estas frases no indica que esos productos sean más respetuosos con el bienestar animal que otros, porque todos cumplen ese requisito y recurrir a esas alegaciones dando a entender que es una ventaja del producto es algo que raya en la competencia desleal, según la OCU.
Lo que pueden hacer las marcas
Lo que sí pueden hacer las marcas es solicitar las certificaciones privadas reconocidas internacionalmente (sellos como Leaping Bunny, PETA Cruelty-Free Bunny, Choose Cruelty Free…), que emiten organismos privados.
Las empresas que los conceden realizan auditorías en todos los puntos de la cadena de suministro y confirman que no se experimenta con animales en ningún país, ni siquiera en aquellos lugares donde la legislación puede ser diferente de la europea, lo que siempre es una garantía adicional.
Se pueden encontrar diferentes marcas de cosméticos que no testan en animales, además de poder consultar este dato en algunas organizaciones y aplicaciones móviles que tienen este servicio disponible.