Las alergias a medicamentos engloban un gran espectro de reacciones de hipersensibilidad mediadas inmunológicamente con mecanismos y manifestaciones clínicas. En ocasiones, en función de la gravedad de la reacción alérgica, puede ser necesario suspender el tratamiento y sustituirlo por otro medicamento con una estructura química que no esté relacionada.
Factores de riesgo que pueden afectar a la aparición de alergias medicamentosas
Existen ciertos factores entorno al paciente o al fármaco que influyen a la hora de producir alguna reacción alérgica.
Primero, los factores relacionados con el paciente son los siguientes:
Por otro lado, aquellos factores relacionados con el fármaco engloban:
Relación entre las manifestaciones clínicas y los fármacos que pueden provocarlas
En función del mecanismo de acción del medicamento, existe una gran variabilidad en las manifestaciones clínicas que pueden provocar.
A continuación, relacionamos las manifestaciones clínicas más frecuentes con los fármacos que con mayor probabilidad pueden provocarlas:
Se debe destacar el hecho de que la piel es el órgano más afectado, mientras que la penicilina es el fármaco que con mayor frecuencia está implicado en alergias a los medicamentos.
Intervención del profesional sanitario especialista
Resulta imprescindible que se consulte a un alergólogo y se estudie la posible alergia. Generalmente, el especialista realiza pruebas en piel, un análisis de sangre y pruebas de exposición controlada.
Mediante las pruebas percutáneas y los análisis de sangre se identifican anticuerpos frente al medicamento. Las pruebas cutáneas intraepidérmicas y la epicutáneas (parche), por otro lado, son útiles para identificar reacciones tardías (24-48h), mediadas por linfocitos. Además, otra pruebas que se emplean con menor frecuencia son el test de degranulación de basófilos o el test de transformación linfoblástica que tratan de determinar la causa. Las pruebas positivas indicarían que el paciente es alérgico, aunque años más tarde pueden variar, en cuyo caso haría falta repetir las pruebas.
A pesar de su utilidad, las pruebas realizadas en la piel o los análisis de sangre pueden presentar limitaciones, por lo que se hacen pruebas de exposición controlada. Tal y como su nombre indica, las pruebas de exposición controlada se realizan administrando el medicamento en centros preparados con personal y equipos experimentados y observando los síntomas de la reacción. En caso de que los riesgos superen los beneficios, se realizan las pruebas con un medicamento alternativo.
En ocasiones, una prueba de exposición negativa puede resultar insuficiente, por lo que en la mayoría de las ocasiones el especialista recomienda repetir el estudio de nuevo.
Resolviendo dudas
Las alergias pueden desaparecer espontáneamente o pueden permanecer a lo largo de la vida, sin embargo, se debe verificar la tolerancia previamente a administrar el fármaco de nuevo.
El tratamiento más habitual se basa en:
La elección del medicamento depende del tiempo disponible, es decir, cuando se debe actuar con rapidez se administrará con precaución, pero estando alerta por si aparecen reacciones. Mientras que, en caso de disponer de más tiempo, se busca un medicamento para la futura enfermedad o se realiza una prueba de exposición controlada y se administra el medicamento sin presencia de enfermedad.
Cuando no existe un tratamiento alternativo la opción restante es realizar un pre-tratamiento o desensibilización. En primer lugar, el pre-tratamiento consiste en administrar medicamentos antihistamínicos y corticoides previamente al medicamento causante (24h antes). Aunque también presenta limitaciones, ya que no puede garantizar al completo que no se eviten reacciones, pues algunas son reacciones no inmunológicas.
En segundo lugar, la desensibilización está basada en la inducción de tolerancia, es decir, administrando dosis muy reducidas que van aumentando hasta que se puedan emplear dosis estándares en tratamientos.
FUENTES: