FUENTE: La Razón
¿Cuál ha sido la influencia del coronavirus en la anticoncepción y en la salud sexual de las personas? Este fue uno de los temas debatidos en el último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), que tuvo lugar en Burgos.
Sobre este tema Iñaki Lete Lasa, de la Unidad de Gestión Clínica de Obstetricia y Ginecología en el Hospital Universitario de Araba, aseguró que aún no hay evidencias suficientes que permitan obtener conclusiones válidas. «En pacientes de la Covid-19 podemos seguir prescribiendo la anticoncepción hormonal combinada (AHC), a pesar de los mensajes contradictorios que en ocasiones ha emitido la sociedad científica». El 20,6% de las mujeres europeas que apuestan por la anticoncepción en el continente eligen este método, en tanto que en España el dato es del 21,3%, lo que significa que en nuestro país hay unos dos millones de mujeres a las que pudiera afectar cualquier decisión al respecto.
El doctor Lete reconoció que durante la pandemia en España ha disminuido el uso de la AHC (oral, parche, anillo, implante…) influyendo las noticias de los eventos trombóticos surgidos en el extranjero. «No hay relación causal entre la vacuna y el empleo de la AHC, porque no contamos con conclusiones robustas y las evidencias son escasas.
Como precaución se puede pensar en dejar de prescribir estrógenos y utilizar métodos con solo gestágenos, bajas dosis de estinisletradiol por vía vaginal o 17 beta estradiol en lugar del estinilestradiol. «Como quiera que no existen conclusiones definitivas lo aconsejable parece seguir utilizando la AHC y si hay alguna duda hacer los cambios aconsejados», continúa.
En el congreso se criticó también que la anticoncepción no haya sido considerada servicio esencial durante la pandemia. «Durante la pandemia lo esencial fue curar a los afectados y salvar vidas. Esto hizo que no sólo la anticoncepción, sino otros muchos programas de prevención, pasasen a un segundo plano. La forma de concluir si no considerar la anticoncepción como servicio esencial fue un error o no es la de analizar el número de interrupciones voluntarias del embarazo acaecidas con posterioridad. No parece que haya habido un gran impacto sobre este parámetro», concluye el experto.