Fuente: 20 Minutos
Se conoce como impétigo a la infección cutánea contagiosa que aparece en la cara, manos y pies con especial frecuencia entre bebés y niños. El impétigo se manifiesta en forma de llagas rojizas que con el transcurso de los días se convierten en costras.
Las llagas provocadas por esta infección suelen aparecer alrededor de la boca y nariz en personas de corta edad, se rompen al poco tiempo de aparecer y exudan durante varios días, por lo que con el contacto de la ropa o toallas se puede contagiar la infección a otras partes del cuerpo sanas. Al cabo de aproximadamente una semana se convierte en una costra amarillenta.
Existen otros tipos menos comunes de impétigo conocidos como impétigo bulloso, que en un lugar de llagas provoca ampollas, o ectima, que es el tipo más grave ya que provoca ampollas dolorosas llenas de pus.
Por qué aparece el impétigo
Esta infección está provocada por bacterias, habitualmente por estafilococos, se puede contagiar por el contacto con una persona o elemento infectado. Además del contacto estrecho, existen otros factores de riesgo de esta enfermedad, como tener entre 2 y 5 años, que es el rango de edad más común de los afectados por impétigo, vivir en un lugar con un clima cálido y húmedo o padecer otras afecciones cutáneas como dermatitis atópica, personas con un sistema inmunitario debilitado o diabéticos.
Cómo tratar el impétigo
Habitualmente el impétigo se suele tratar con antibióticos en forma de crema o ungüento que contienen mupirocina, aplicado sobre las llagas durante al menos 10 días.
Para aplicar la pomada y que cale por dentro de las costras, lo recomendado es humedecer estas y secarlas posteriormente con un paño para que la mupirocina penetre dentro de las llagas y sea más efectivo.
En el caso de tratarse de ectima, que es el tipo de impétigo más grave y doloroso, es habitual que el tratamiento sea a través de antibióticos por vía oral hasta que las costras hayan desaparecido.