Fuente: La Razón
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos acaba de presentar en el Congreso de los Diputados las “Propuestas de la Profesión Farmacéutica a los retos presentes y futuros del Sistema Nacional de Salud” con motivo del Día Mundial del Farmacéutico, que se celebrará este sábado.
Se trata de diez medidas para fortalecer el SNS, ya que si algo ha puesto de manifiesto la pandemia es la necesidad de aprovechar y potenciar todas las estructuras y profesionales sanitarios.
“Es el momento de hacer reformas. Este informe es un sólido documento que se basa en los aprendizajes de esta pandemia”, afirma Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Así, el Consejo considera esencial una ampliación de los servicios asistenciales a través de una cartera concertada de servicios profesionales farmacéuticos desde la farmacia comunitaria para fortalecer la Atención Primaria. Con esta medida se refieren a crear servicios como la revisión de la medicación, el control de la adherencia terapéutica, el seguimiento farmacoterapéutico o la propia conciliación de la medicación; unos servicios que se podrían realizar tanto en la farmacia como en el domicilio del paciente. Y en el caso de pacientes institucionalizados en residencias de mayores o de personas con discapacidad, proponen avanzar en la participación de las farmacias en la disposición de medicamentos, así como en los servicios asistenciales junto con otros profesionales, tal y como recoge la normativa estatal y autonómica.
Para todo ello, se necesita que todos los profesionales puedan trabajar en red en beneficio del paciente, lo que supone, entre otras medidas, el acceso por parte de todos los sanitarios al historial farmacoterapéutico: tanto de los medicamentos prescritos en el ámbito del SNS como de la Sanidad privada. Y para ello es necesario tener “un solo informe farmacoterapéutico”, incide Aguilar.
Algo clave, ya que todos los sanitarios deben saber todo lo que toma un paciente para evitar riesgos, ya que puede haber ciudadanos que estén tomando fármacos por duplicado o que un medicamento se pueda quitar por otros que tome y que cumplan la misma función.
En segundo lugar, proponen integrar plenamente a los farmacéuticos y a la Farmacia Comunitaria en las estrategias de Salud Pública y en el nuevo Sistema de Vigilancia de la Salud Pública a través del futuro Centro Estatal de Salud Pública.
También consideran importante promover una atención sociosanitaria integral desde la Farmacia Rural en las zonas afectadas por el Reto Demográfico, lo que mejorará la calidad de vida y la atención en condiciones de equidad de las personas que viven en áreas rurales y en despoblación, particularmente de los colectivos más vulnerables. Algo clave, ya que la farmacia rural es un activo esencial para fijar población. En la actualidad, más de 2.000 farmacias están en municipios de menos de mil habitantes y de ellas 1.200 en enclaves de menos de 500 habitantes, poblaciones en las que en muchas ocasiones no hay ni centros de salud ni otros servicios.
En cuarto lugar, solicitan consolidar los nuevos modelos de trabajo y crear circuitos asistenciales que promuevan y prioricen ante la ciudadanía la cercanía y el acceso informado a los medicamentos. En este sentido, creen necesario disponer de un marco legal estatal o autonómico que promueva la atención farmacéutica domiciliaria por las boticas de la zona para que hagan la entrega de medicamentos, productos sanitarios y “dietoterápicos” con las debidas garantías de calidad y control sanitarios.
A su vez, es importante integrar a los farmacéuticos y a la red de farmacias en la transformación digital de la Sanidad para mejorar la eficiencia y la calidad del SNS.
El Consejo General recuerda la importancia de asegurar la sostenibilidad de la Red de Farmacias para salvaguardar el modelo español de farmacia. Dicho de otro modo proponen que se estudien incentivos fiscales especiales para aquellas farmacias situadas en zonas despobladas o deprimidas. Y recuerdan que hay que aprovechar las boticas como aliadas sociales para el cumplimiento de la agenda 2030.
También es esencial potenciar las unidades de elaboración de medicamentos en los Servicios de Farmacia Hospitalaria (en los que trabajan 2.097 farmacéuticos), así como impulsar el desarrollo profesional del farmacéutico con la creación de nuevas especialidades. Con este objetivo proponen también avanzar en la recertificación periódica y voluntaria de competencias profesionales con el fin de procurar la mejor atención al ciudadano.
Y por último, proponen colaborar en el desarrollo de un plan nacional para la seguridad del paciente en el uso de medicamentos en internet que evite la venta ilegal de fármacos. Uno de los peligros actuales son las falsificaciones, un mercado que mueve miles de millones de euros anuales y que supone un peligro para la salud en todo el mundo. Además, también consideran urgente controlar la publicidad engañosa, los bulos y la desinformación en la red.
“Tener un farmacéutico de cabecera es de las mejores cosas que te pueden suceder. Durante la pandemia han asumido una responsabilidad y han demostrado su dedicación de servicio. Somos conscientes de la función que han cumplido durante esta crisis. Por eso, debemos ser sensibles a las necesidades de la Farmacia para garantizar este activo del SNS. Hay pocos ámbitos en los que se pueda crear consenso político y este es uno de ellos”, concluye Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados.