Por Enrique Granda
El viernes día 15 de octubre fallecía en Madrid, de forma repentina, uno de las figuras más grandes de la Farmacia española y un gran amigo de los farmacéuticos valencianos.
José Carlos Montilla era doctor en farmacia, licenciado en ciencias químicas y especialista en Farmacia Industrial y Galénica, además de contar con otras especialidades como Farmacia Hospitalaria, Análisis de Medicamentos y Drogas y un MBA por la Universidad de Columbia entre muchos otros. Era Académico de Cataluña y de la Real Academia Nacional de Farmacia y había recibido la medalla de oro de la Comunidad de Madrid.
Montilla vino muchas veces a impartir cursos, conferencias y mesas redondas en el MICOF, dejando siempre un grato recuerdo por su amabilidad y el respeto con el que abordaba cualquier cuestión. Quizá el curso de mayor importancia que impartió en nuestro Colegio fue sobre Peritaje Judicial Farmacéutico que ha permitido actuar como peritos en los tribunales a algunos de nuestros colegiados.
El mismo viernes me llamó nuestro presidente Jame Giner para pedirme detalles sobre sus exequias y tuvimos unos momentos de reflexión en los que pusimos de manifiesto la ingente labor de Montilla para conseguir y mantener la especialidad de Farmacia Industrial y Galénica, o en el nacimiento de la Atención Farmacéutica, junto a María José Faus y Paco Martínez, otra figura señera que hemos perdido, que fue profesor en la Universidad San Pablo de Valencia, también muy amigo del MICOF.
Los pensamientos compartidos podrían resumirse en que Montilla ha sido un hombre de bien; de consenso; de optimismo que dirigió nuestra vista hacia delante buscando siempre la parte positiva. Y con una virtud poco frecuente: el respeto. Este es un valor del que consigue que la vivencia diaria llena de contradicciones se pueda convertir en convivencia con el resultado de compartir ilusiones y proyectos. José Carlos siempre nos enseñó a compartir desde la sencillez, la humildad y el sentido común. Descansa en paz amigo, porque puedes conservar para siempre el orgullo de haber mejorado mucho nuestra profesión.