Fuente: Sinc
La revista PloS Medicine publica esta semana un estudio que sugiere cómo un consumo diario de entre dos y tres tazas de café, tres y cinco de té o entre cuatro y seis de la combinación de ambas está asociado con un menor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares o demencia.
Los accidentes cerebrovasculares —una condición médica en la que hay una falta de riego sanguíneo en el cerebro— causan en torno al 10 % de las muertes en el mundo. Según datos de la OMS, hasta 15 millones de personas al año sufren un ictus, de las cuales cinco millones fallecen y otros cinco quedan incapacitados permanentemente.
Las personas que bebían entre dos y tres tazas de café o entre tres y cinco de té al día tenían un 32 % menos de probabilidad de sufrir un ictus, así como una reducción del 28 % en la probabilidad de desarrollar demencia
En el caso de la demencia, aquí se engloban distintas afecciones cognitivas cuya sintomatología común incluye un deterioro progresivo y moderado de la capacidad mental, que afecta a unos 50 millones de personas en el mundo, principalmente en los países de ingresos medio y bajos. Frecuentemente, las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular también desarrollan algún tipo de demencia como secuela.
El estudio contó con una muestra de 365.682 individuos sanos de edades comprendidas entre los 50 y los 74 años y ha sido liderado por Yuan Zhang, de la Tianjin Medical University (China). Para su análisis, los investigadores acudieron al Biobanco de Reino Unido y realizaron un seguimiento entre 2006 y 2010, y hasta 2020. Durante este tiempo, 5.079 participantes desarrollaron demencia y 10.053 sufrió al menos un ictus.
El trabajo concluyó que las personas que bebían entre dos y tres tazas de café o entre tres y cinco de té al día tenían un 32 % menos de probabilidad de sufrir un ictus, así como una reducción del 28 % en la probabilidad de desarrollar demencia, en comparación con las personas que no bebían ni té ni café. El consumo diario de estas infusiones (combinadas o por separado), también reportó un menor riesgo de sufrir demencia como secuela asociada al ictus.
Un estudio con limitaciones
Sin embargo, tanto los autores como expertos independientes advierten sobre las limitaciones del estudio, que realiza asociaciones sobre enfermedades cuya incidencia es multifactorial.
“La investigación solo muestra una relación, y no demuestra que el té o el café causen la reducción del riesgo de enfermedad. Es posible que haya otros factores en juego”, comenta Charlotte Mills, profesora de ciencias de la nutrición de la Universidad de Reading (Reino Unido), y sin relación con el equipo investigador.
“Tanto el té como el café contienen grandes cantidades de químicos naturales, particularmente polifenoles —que también se encuentran en arándanos o el cacao—. Se ha demostrado que estos tienen beneficios para la salud, e incluso reducen el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas”, añade Mills. “Es posible que los polifenoles presentes en té y café sean la causa de los beneficios observados en este trabajo”, añade.
En todo caso, como advierte Tara Spires-Jones, del Instituto de Investigación sobre Demencia del Reino Unido, “es necesaria más investigación para entender la potencial relación entre dicha ingesta y la incidencia de ictus y demencia”.