Fuente: EFE Salud
Labios resecos, grietas, incremento de pieles muertas y de dolorosas heridas en las comisuras de la boca o boqueras son algunas de las afecciones que están surgiendo entre los españoles este invierno y debido fundamentalmente al tan necesario empleo de la mascarilla.
A esto se suman los perjuicios que el frío invierno provoca sobre nuestros labios, una de las pieles más sensibles del cuerpo.
El frío, los cambios bruscos de temperatura interior y exterior, el uso durante horas y horas de la mascarilla provocan deshidratación, grietas y exceso de pieles en nuestros labios.
“Esta piel es muy fina, sensible y frágil y, al no tener melanina, ni glándulas sebáceas, no tiene protección frente a las agresiones externas y es más fácil que se reseque. Por ese motivo es tan característico que los labios se deshidraten y sufran daños con facilidad, llegando incluso a producirse grietas. Eso sí, la piel de los labios es capaz de regenerarse cuatro veces más rápido que en otras zonas del cuerpo, si bien al ser tan fina se daña con más facilidad”, explica la doctora Ana Rita Rodrigues, Jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Valle del Henares.
De hecho, “los labios representan una de las partes más sensibles del cuerpo, y es que como hemos comentado tienen una piel muy fina, sensible y frágil”, recalca la especialista del Hospital Quirónsalud Valle del Henares.
Disponen de 3 a 5 capas celulares, mientras que la piel del rostro puede alcanzar las 16 capas. Su delicada piel es una víctima más de los efectos de la mascarilla resecándolos, irritándolos y agrietándolos (queilitis) con frecuencia si no se cuidan, hidratan y nutren continuamente.
La doctora Rodrigues explica que las famosas boqueras o queilitis angular consiste en una inflamación que aparece en las comisuras labiales y se manifiesta con rojez y grietas que pueden ser dolorosas.
Se producen por la acumulación de saliva en esa zona, que favorece el sobre crecimiento de bacterias y/o hongos, que finalmente conlleva la aparición de irritación y erosiones localmente.
El hecho de humedecer frecuentemente los labios con saliva para paliar la sensación de labios resecos o tirantez junto con el uso continuo de la mascarilla empeora y mantiene esta alteración. La saliva se evapora rápidamente, dejando sobre los labios enzimas que favorece la xerosis, irritación y aparición de grietas superficiales.
Nuestro mayor aliado ahora mismo: el bálsamo labial
Para evitar esto se deben mantener los labios bien nutridos e hidratados. La especialista destaca que “el bálsamo labial resulta imprescindible durante el día, por lo que podemos aplicarlo antes de salir de casa y volver a emplearlo varias veces a lo largo del día en función de nuestras necesidades, especialmente si nos encontramos al aire libre”.
Especialmente en invierno y, aparte de hidratar los labios, conviene protegerlos de la luz ultravioleta durante el día, mediante el empleo de lápices labiales con fotoprotección, y a poder ser con vitamina E antioxidante; sobre todo si se va a practicar cualquier deporte de invierno (esquí, raquetas, montañismo, etc.).
No hay que olvidar que los labios sufren mucho en invierno, más aún si se tiene alguna alteración de base (queilitis atópica, actínica…), y también tras las exposiciones solares.
Paralelamente también el empleo del bálsamo labial hidratante es fundamental por la noche.
Se puede aplicar como una rutina más y utilizar una mascarilla labial dejándola actuar para potenciar al máximo la hidratación, nutriendo y regenerando los labios secos durante las horas de sueño.
Concretamente, para reparar las grietas es recomendable utilizar principios activos como el pantenol, alantoina, aceite de rosa mosqueta, manteca de karité u otros humectantes.
Asimismo, y para que la hidratación surta efecto, “debemos dejar la zona de los labios libre de células muertas e impurezas mediante una exfoliación que realizaremos aplicando el producto con movimientos suaves y circulares durante un par de minutos”, recomienda la doctora Rodrigues.
Posteriormente, hay que hidratar la zona y convertir esto en una rutina de belleza para combatir los efectos del frío, los cambios de temperatura, y la mascarilla en nuestros labios.
Ahora bien, en casos severos de queilitis o boqueras, se requerirá́ tratamiento médico, con antiinflamatorios y/o antibióticos tópicos.
Otro de los consejos a seguir “si se notan los labios resecos es evitar humedecerlos con la lengua, ya que la saliva puede causar mayor irritación y favorecer esa deshidratación como hemos comentado”, recomienda Ana Rita Rodrigues.
Igualmente se debe evitar morderse los labios si existieran pieles, ya que esto puede impedir el proceso de curación. Si tiendes a humedecer los labios evita los bálsamos labiales con sabor, que pueden tentarte a que te los humedezcas más.
Huir de ambientes secos y alérgenos o irritantes
Por otro lado, procurar un ambiente húmedo en el lugar de trabajo o en nuestra casa, así como una hidratación líquida adecuada, ingiriendo más agua esos días, pueden ser igualmente beneficiosos a la hora de evitar o tratar los posibles problemas en nuestros labios.
Así, la doctora Rodrigues aconseja que durante esos días se evite la aplicación de productos cosméticos labiales con mayor cantidad de alérgenos, como las fragancias, y minimizar el uso de maquillaje y pintalabios.