Fuente: Diario Médico
Su nombre deja bien clara la vocación con la que nacen: las células STAb (acrónimo inglés que significa puñalada y se obtiene de Secreting a targeting bispecific T-cell engager Antibody) están diseñadas para ‘apuñalar’ al cáncer. Esta pionera estrategia ha sido ideada y desarrollada por científicos de la Unidad CRIS de Inmuno-Oncología del Hospital Universitario 12 de Octubre (cofinanciada por la Fundación CRIS contra el cáncer, con el apoyo de Andbank). Esta potencial inmunoterapia celular que supone una vuelta de tuerca de la terapia CAR-T cuenta incluso con patente.
Los datos en modelo experimental de esta nueva inmunoterapia celular son prometedores, como se desprende de uno de los últimos estudios publicados por este grupo, en Cancer Inmunology Research.
Y ahora es el momento de dar el paso hacia el ensayo clínico, que estos científicos esperan poder iniciar a lo largo de este año. Así lo ha confirmado a Diario Médico Luis Álvarez-Vallina, director de la Unidad CRIS, quien cataloga como “absolutamente vertebrador” el impacto de esta Fundación en la investigación.
Evolución de una terapia revolucionaria
Las células STAb son “una evolución del concepto de CAR-T, que ya está obteniendo resultados espectaculares en diversos tumores hematológicos, sobre todo los dirigidos frente a CD19 y BCMA”, comenta Álvarez-Vallina. Al igual que las CAR-T, que se forman a partir de linfocitos T de los pacientes a los que se inserta receptor antigénico quimérico (CAR), las STAb también parten de linfocitos autólogos pero se modifican mediante vector lentiviral para que puedan secretar un anticuerpo biespecifico (CD19/CD3), similar a los anticuerpos BiTE que se administran por vía sistémica.
“La principal ventaja que ofrece nuestra estrategia es una respuesta inmune muy potente. Las CAR-T solo redirigen a las células que expresan el receptor quimérico, mientras que las STAb redirigen a todo el conjunto de células de T que se encuentren en el entorno tumoral. En modelos in vitro hemos comprobado que producen un efecto bystander por el que se reclutan células T normales, lo que consigue una respuesta citotóxica más efectiva, y con dosis más bajas”, explica el director de la Unidad. Así, de forma metafórica, a células STAb arman, a modo de puñales a otras células del sistema inmunitario, reclutando a más linfocitos para la causa antitumoral y amplificando su efecto.
En el laboratorio también han comprobado que la sinapsis inmunológica -estructura que se forma siempre que una célula inmune interacciona con una célula diana- creada por las STAb es más parecida a la fisiológica que la generada por las CAR-T (menos organizada, considerada no canónica).
Más allá de este revelador detalle del mecanismo del proceso, los científicos han comprobado en modelos experimentales in vitro e in vivo que la terapia con STAB reduce la recaída, “al resultar más eficiente en evitar el escape tumoral” que la inmunoterapia CAR.
Álvarez-Vallina recuerda que la tasa de respuesta a las CAR es muy alta, pero sigue habiendo un subgrupo de pacientes que recaen al cabo de un tiempo. “Pensamos que con nuestra estrategia evitaríamos recaídas, que pueden ser uno de los grandes problemas en las estrategias actuales de inmunoterapia de base celular“.
El proyecto STAb nace en esta unidad, con la colaboración de investigadores de otros centros como el Centro de Biología Molecular, el Hospital Clínic de Barcelona (que aporta el anticuerpo anti CD19 desarrollado allí y que sirvió de base para su CAR-T académico ARI-0001)y el Instituto Josep Carreras, entre otros.
Un ensayo 'first-in-human'
“Esperamos iniciar la fase I del ensayo clínico en los próximos meses. En colaboración con el Servicio de Hematología del 12 de Octubre, y también con la participación del Clínic y el ICO de Barcelona, y el Hospital La Fe de Valencia, incluiremos a pacientes con diferentes patologías, tanto leucemias, como linfomas. También consideraremos a determinados enfermos que estén en recaída tras recibir CAR-T", detalla sobre lo que será el primer estudio clínico en evaluar un concepto totalmente pionero a nivel mundial.
La investigadora Belén Blanco, que forma parte del equipo de la Unidad CRIS de Inmuno-Oncología, subraya la importancia del proyecto: “Vemos la cercanía de llevarlo a la clínica y curar a pacientes. Las células CAR-T y otras opciones de inmunoterapia han tenido éxito en los últimos años para curar a un porcentaje de pacientes, pero queda otro alto porcentaje que no logra beneficiarse de estas terapias y por eso es tan importante seguir avanzando en nuevas estrategias. Creemos que la estrategia STAb puede tener un efecto muy importante en pacientes en los que la terapia CAR-T no es efectiva”, y añade: “el papel de CRIS en este proyecto es muy fundamental al dotar de fondos para llevar a cabo la investigación y porque permite financiar la contratación de investigadores muy formados que, desafortunadamente en muchas ocasiones, no son financiados en nuestro país por agencias públicas”.
Junto a este proyecto, el director de la unidad destaca otra investigación que están llevando a cabo con tecnología ARNm, la misma que se ha empleado exitosamente con las vacunas de la covid. “Trabajamos en modificar los linfocitos T para introducir el anticuerpo biespecífico mediante ARN y generar así las células STAb”.