A lo largo de nuestra vida, es inevitable que suframos varias lesiones de diferente tipo de manera accidental. Una de las más comunes son los cortes, que pueden producirse por ejemplo con cristales rotos o con utensilios de cocina.
Riesgo de infecciones
En principio, la mayoría de cortes no suponen un problema grave. No obstante, en casos más raros, pueden llegar a ser suficientemente profundos como para dañar tejido muscular, cartílagos, tendones, o perforar vasos sanguíneos importantes. Si esto sucede, es necesario saber cómo actuar correctamente.
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