Las infecciones vulvovaginales afectan al 75 por ciento de las mujeres a lo largo de la vida y representa el 20% de las consultas ginecológicas tanto en atención primaria como especializada, según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. En muchos casos, la inflamación vulvar o vaginal no es de carácter infeccioso y puede tener un origen irritativo o alérgico.
La vaginitis alérgica o irritativa puede producirse por el uso de determinados tejidos de la ropa interior, productos de higiene íntima, látex de los preservativos, compresas, cosméticos o detergentes para lavar las prendas que están en contacto con la piel. El tratamiento a este problema pasa por identificar el alérgeno y evitar su uso.
Noticia completa en La Razón.