Mantener un peso constante a lo largo de nuestra vida puede reportarnos un beneficio inesperado a medida que envejecemos. De acuerdo con un estudio publicado en «Alzheimer's & Dementia» los distintos patrones de cambio del índice de nada corporal (IMC) a lo largo de la vida pueden ser un indicador del riesgo de demencia.
La demencia es un problema creciente de salud pública mundial que afecta actualmente a 50 millones de personas y se espera que aumente drásticamente a más de 150 millones de casos en todo el mundo en 2050.
La obesidad, medida habitualmente por el índice de masa corporal (IMC), sigue siendo una epidemia mundial, y estudios anteriores sugerían que la obesidad en la mediana edad podría aumentar el riesgo de demencia. Pero la relación entre el IMC y el riesgo de demencia sigue sin estar clara.
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