Basta una búsqueda rápida en Google para encontrar la primera ganga. En una web nos prometen que por solo 290 euros, en 10 días, sabremos si somos "intolerantes" a alguno de los 200 alimentos de la lista. Desde el buey hasta el tomate pasando por especias como el tomillo. En la siguiente web nos ofrecen lo mismo, pero con un descuento del 80%.
¿REALMENTE SIRVEN PARA ALGO ESTOS TEST?
La realidad es que, pese a estar tan extendidos, estos test de intolerancia o sensibilidad a los alimentos no cuentan con evidencia científica. De hecho no se emplean como herramienta dentro del sistema de salud público y están desaconsejados por numerosas sociedades científicas. Entre ellas están la Sociedad Canadiense de Alergia e Inmunología Clínica (CSACI) y la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) que han criticado duramente estas pruebas por su falta de evidencia.
¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE UNA ALERGIA Y UNA INTOLERANCIA?
Es frecuente que se hable de estos términos indistintamente y exista cierta confusión cuando en realidad son conceptos muy diferentes entre sí. En el caso de que una persona sea alérgica a un alimento se genera una respuesta inmunitaria. Esto puede ser realmente peligroso y causar incluso la muerte.
Las intolerancias, sin embargo, se producen cuando el cuerpo no procesa o digiere la comida de la manera adecuada provocando malestar de distinta gravedad. Un ejemplo clásico es la intolerancia a la lactosa, que origina en los pacientes distensión abdominal, dolor de tripa, gases, diarrea... Aunque de la intolerancia "no te mueres", sí puede empeorar mucho la calidad de vida de quienes la sufren.
Algunas personas sienten síntomas similares por causas que nada tiene que ver con una intolerancia alimentaria y esto les anima a probar con estos test en busca de una respuesta.
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