Tan molesta como frecuente, la otitis externa, también conocida como "otitis del nadador", es una afección que experimenta un repunte de casos en verano. En efecto, la natación y las numerosas horas que pasamos en el agua, en la playa o en la piscina, pueden facilitar su desarrollo.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA OTITIS DEL NADADOR?
"La otitis externa es una infección del conducto auditivo externo, generalmente debida a bacterias o, a veces, a hongos", explica Claudio Albizzati, del Servicio de Otorrinolaringología del Grupo Hospitalario Multimédica de Milán.
Su desarrollo está ligado al estancamiento de agua en el conducto auditivo externo donde, gracias a la maceración de las células que recubren este conducto y a la posible presencia de cerumen residual, se crea un microambiente favorable a la proliferación de microorganismos.
Si bien es cierto que la presencia de cerumen puede favorecer su desarrollo, también puede producirse en oídos perfectamente limpios si uno se sumerge en agua especialmente contaminada.
Luego hay excepciones, como el paradójico caso de las Maldivas, donde el agua es espectacular pero muy rica en microorganismos. "Tantos que tras bucear en este mar cristalino se recomienda lavar los oídos con agua dulce; de lo contrario, es mejor evitarlo".
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