En África oriental, el parásito de la malaria -Plasmodium falciparum- ha desarrollado resistencia a las artemisininas, la columna vertebral de los regímenes de tratamiento actuales, una situación que podría empeorar dramáticamente el impacto de la malaria si los medicamentos asociados fallan en el futuro.
Lo muestra un estudio realizado en Eritrea y publicado en 'The New England Journal of Medicine' por un equipo de investigadores dirigido por Didier Ménard, de la Universidad de Estrasburgo/Institut Pasteur (Francia).
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