Fuente: El País
Si las moscas de la fruta tuvieran que levantarse todas las mañanas cuando suena el despertador para ir al trabajo, en invierno les pasaría lo mismo que a muchos humanos: se les pegarían las sábanas (en este ejercicio de la imaginación también duermen tapaditas en una cama). Pero, como no viven atadas a la tiranía de una alarma, cuando está frío y oscuro, simplemente se despiertan más tarde.
En los meses oscuros y fríos, con el despertador puesto a la misma hora que en verano, es fácil preguntarse cuando suena si no deberíamos hacer como el sol, las moscas de la fruta y otros animales que también duermen más en invierno y atrasar la hora de esa alarma. ¿Se debe esta somnolencia a que necesitamos más horas de sueño en esta estación?
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