Así se recoge en la guía “Autocuidado en las personas con dolor”, coordinada por la enfermera Manuela Monleón, especialista en enfermería familiar y comunitaria y doctora en Cuidados de la Salud, en colaboración con la compañía farmacéutica Grünenthal, en la que dedica un capítulo al descanso en relación al dolor crónico.
El dolor puede ser tanto causa como consecuencia del insomnio, apunta la publicación.
Los fármacos pautados para el dolor pueden modificar los patrones de sueño y producir somnolencia, o todo lo contrario, insomnio. Por ello, la valoración de la calidad del sueño es un dato importante para saber si el tratamiento analgésico es adecuado o no.
Además, patologías como la cefalea o el dolor de espalda pueden causar también insomnio.
En general, el insomnio repercute en la calidad de vida generando irritabilidad, depresión, somnolencia, ansiedad o cansancio, entre otros malestares.
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