Fuente: El Global
Con la llegada del verano, la exposición al sol aumenta. Sin embargo, tomar el sol por razones estéticas, para broncear la piel o incluso por salud, para obtener una dosis de vitamina D, no es algo que los expertos recomienden, porque una de sus peores consecuencias es la aparición del melanoma, uno de los tipos de cáncer de piel con mayor mortalidad. De hecho, los expertos aseguran que la aparición del melanoma, se relaciona más con las exposiciones agudas intermitentes.
Por esta razón los dermatólogos alertan de que los fotoprotectores o crema solares son eficaces para protegernos del sol, “pero no son para tomar el sol horas y horas sino para proteger la piel en caso de exponernos”, explica el dermatólogo y miembro de la Junta Directiva de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Antonio Clemente.
En general, los cuidados de la piel en verano no deben diferir mucho de los cuidados que hay que darle en invierno. “Debemos seguir nuestra rutina básica, usar un buen limpiador adecuado a nuestra piel ya sea grasa o sea e hidratarnos. De hecho, en invierno, aunque parezca lo contrario necesitamos una mayor hidratación por que la piel se reseca más y en verano necesitamos algo menos porque tenemos más humedad”, añade Clemente.
Hay que seguir utilizando los productos habituales para la piel y añadir los fotoprotectores. Pero, advierte Clemente, “no se trata solo de echarnos una crema solar con protección 50 para estar dos o tres horas al sol. Hay que tener una buena fotoprotección en general, no solo con cremas, sino también con ropas, sombreros y buscar la sombra”, recalca.
Porque los fotoprotectores son una buena barrera frente a los rayos ultravioleta del sol, pero está demostrado que no nos ponemos la cantidad suficiente. “Además de aplicarnos la crema solar media hora antes de la exposición y renovarlo cada dos o tres horas, debemos aplicarnos la cantidad suficientes para llegar a una correcta protección 50”, explica Clemente. “Incluso echarnos dos capas, sería lo ideal”, añade.
Continuar con la rutina habitual
El experto reitera que durante el verano debemos seguir la rutina habitual de cuidados. “Podemos usar exfoliantes sin problemas e incluso continuar con nuestra pauta de retinol que se suele aplicar por las noches”. La única salvedad es que si no hemos usado antes retinol “no es recomendable comenzar en verano”, explica Clemente. “El retinol puede irritar la piel y no sería bueno luego exponerla al sol”, añade.
A esta rutina habitual hay que añadir una hidratación correcta tras la exposición al sol. “Al llegar a casa y ducharnos para eliminar los restos de sal o de cloro, es importante una hidratación correcta, sobre todo facial, con cremas adecuadas a nuestra piel”, señala Clemente. Por otro lado, “si nos hemos pasado con la exposición solar podemos usar alguna crema calmante de las denominadas aftersun”, añade Clemente.
“En verano la piel pide menos hidratación porque está más húmeda, pero hay que hidratarla”, recalca Clemente.
Quemaduras por el sol
A pesar de todas las precauciones puede pasar que la piel se queme por un exceso de sol accidental o porque la protección no haya sido la correcta. En ese caso lo importante es que la piel se recupere. “Depende del grado de la quemadura debemos actuar de un modo u otro. Por ejemplo, si es un simple enrojecimiento, con una crema calmante bastará. Si la quemadura es un poco más intensa debemos acudir al médico y que nos prescriban una crema con corticoides”.
En caso de la quemadura llegue a producir ampollas es necesario una indicación médica más concreta y quizá haya que utilizar antibiótico.
“Lo ideal es que nadie llegara a quemarse, porque desde el punto de vista de la dermatología no es correcto tomar el sol. Sin embargo, en los últimos tiempos con la justificación de obtener vitamina D, mucha gente se expone al sol horas y horas, cuando no es necesario en absoluto”, indica Clemente.
Por otro lado, está la moda. “Muchas personas en redes sociales ponen de moda cosas tan peligrosas como “el callo solar”, que es quemarse básicamente la piel con la idea de que esté tan quemada que ya no se dañe, pero ocurre justo lo contrario”, avisa Clemente.
“Lo que vemos por estas razones tanto médicas como estéticas es que hay en los últimos tiempos un exceso de exposición solar que está claramente vinculado al aumento del melanoma, uno de los cánceres más mortales, incluso entre los jóvenes”, asegura Clemente.
El melanoma
Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer, en 2022 se diagnosticaron 331.722 casos de melanoma cutáneos. En España se diagnostican cerca de 6.000 casos anuales. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 40 y los 70 años.
“Es cierto que ha mejorado el agujero de ozono y que llega menos radiación ultravioleta y sin embargo la incidencia de cáncer de piel para no aumentar. Y esto es claramente porque ha aumentado la exposición al sol”, aclara Clemente.
“El melanoma es el peor de los cánceres de piel, y en contra de lo que se cree habitualmente, no aparece tanto en personas que se exponen diariamente por trabajo y tiene la piel foto dañada”, explica Clemente.
El melanoma se relaciona más con las exposiciones agudas intermitentes. “Ese paciente que en invierno toma apenas el sol y en verano está 15 días en la playa y pasa horas exponiéndose para broncearse. Esa exposición es la que se ha demostrado que aumenta mucho más el riesgo de melanoma”.
Los fotoprotectores
Por esta razón, los expertos María Luisa Bertomeu, vocal de Dermofarmacia del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF), recomienda usar correctamente los fotoprotectores: “hay que recordar que el símbolo que traen los protectores solares FPS junto al 50 0 el 30 significa que tu piel está 50 o 30 veces más protegida frente a una quemadura”. Por otro lado, la crema solar hay que aplicarla 30 minutos antes de la exposición al sol para que sea eficaz y “repetirla tantas veces como sea necesario”, añade Bertomeu.
Los rayos solares son de dos tipos, los UVB que producen quemaduras y los UVA que nos protegen del envejecimiento y de la aparición de arrugas. “Pero los rayos UVB no solo pueden producirnos quemaduras, sino que además pueden provocar problemas en los ojos. Por es importante llevar siempre unas gafas de sol adecuadas que certifiquen su grado de protección oficial”, explica Bertomeu.
En cuanto a los exfoliantes y otros productos para preparar la piel, “son buenos, hay que usarlos, pero es mejor hacerlo unos días antes de que nos vayamos a exponer al sol”, señala Bertomeu.
En cuanto a los productos más demandados en las oficinas de farmacia son por supuesto los fotoprotectores de más de 50. “Aunque la demanda depende de factores como la edad, las texturas o el tono de piel de la persona. También hay personas que en lugar de cremas prefieren spray o aceite”, explica Bertomeu.
Por otra parte, es importante recordar que la protección para los niños no debe ser la misma que para los adultos. “Es importante tener en cuenta el factor edad a la hora de elegir un foto protector al igual que el tono de la piel”, añade Bertomeu.
Los nutricosméticos
Pero protegerse la piel del sol no solo puede hacerse desde fuera, aplicándonos cremas solares, sino que existen unos productos con los que podemos protegernos del sol desde dentro. “La nutricosmética consiste en una serie de productos que suelen ser complejos vitamínicos que llevan plantas, vitamina D y E y que protegen la piel desde el interior frente a una exposición solar”, explica Bertomeu.
“Con los nutricosméticos el melanocito, célula de la piel y los ojos que produce y contiene un pigmento llamado melanina, está protegido para que no salgan manchas en la piel o para si se pierde melanina para que no te salgan manchas blancas en la piel”, explica Bertomeu. “Estos productos también son útiles para alérgicos al sol ya que les protege desde dentro y evita la reacción al sol“, añade Bertomeu.
“En caso de que a pesar de todo salgan estas manchas en la piel, habrá que tratarlas o bien con láser químico o con crema despigmentante, pero este proceso se tiene que hacer después del verano”, concluye Bertomeu.