Por María Gil, farmacéutica en el MICOF y miembro de la Cátedra DeCo.

Revisado por Mar García, estudiante de doctorado y miembro de la Cátedra DeCo.

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, el esomeprazol y el lansoprazol, son protectores gástricos de uso habitual que podrían incrementar el riesgo de demencia en personas mayores, según estudios recientes. Este hallazgo es especialmente relevante, ya que, en el último informe sobre la Prestación Farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud, correspondiente al período 2020-2021 y publicado por el Ministerio de Sanidad en 2022, se observa que los IBP constituyen el grupo farmacoterapéutico más consumido en España (6,7%), según la clasificación del Anatomical Therapeutic Chemical Classification System (ATC).

Se ha comprobado que entre el 22% y el 63% de los IBP se consumen durante más tiempo del necesario. Siguiendo las directrices del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) y las recomendaciones de expertos, se recomienda reevaluar el tratamiento a largo plazo con IBP y, cuando sea posible, intentar reducir o suspender su prescripción. El objetivo principal es disminuir su consumo, los costos innecesarios y los posibles efectos adversos derivados de su uso prolongado.

Investigadores alemanes recogieron datos en 2016 de casi 74.000 personas mayores de 75 años. Cerca de 2.950 pacientes usaban IBP con regularidad, lo que en este estudio se definió como al menos una receta de IBP por cada trimestre en un intervalo de 18 meses. Hallaron que los usuarios regulares de IBP presentaban un aumento del 44% en el riesgo de demencia, en comparación con los que no recibieron IBP. Estudios anteriores ya habían vinculado otro tipo de protectores, los bloqueadores H2, con un incremento de dicho riesgo.

Otro estudio de 2016 estudió el impacto a largo plazo de los IBP en la disfunción endotelial y la senescencia, así como los mecanismos subyacentes en la disfunción vascular inducida por estos fármacos. Los hallazgos más destacados revelaron que el uso crónico de IBP acelera el envejecimiento de las células endoteliales. En particular, el esomeprazol fue identificado como un agente que acelera el envejecimiento endotelial al deteriorar la función lisosomal y la proteostasis, lo que a su vez incrementa el estrés oxidativo y contribuye a la disfunción endotelial y al envejecimiento celular, reduciendo la longitud de los telómeros. Estos daños en el revestimiento de los vasos sanguíneos pueden predisponer a problemas graves como ataques cardíacos, demencia y enfermedades renales crónicas.

Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia pudieron demostrar en 2020 que los IBP afectan a la síntesis de acetilcolina, un neurotransmisor con un papel muy importante en la enfermedad de Alzheimer, debido a que es necesario para el paso de señales entre las células nerviosas. Mediante simulaciones informáticas, observaron que los IBP inhibían la acetilcolina; cuanto más fuerte era la unión, más fuerte era el efecto inhibidor. Omeprazol, esomeprazol, tenatoprazol y rabeprazol tenían mayor afinidad y, por lo tanto, eran los inhibidores más fuertes, frente a otros IBP como pantoprazol o lansoprazol.

Posteriormente, en 2023, otro estudio evaluó la relación entre el uso de IBP y el riesgo de desarrollar demencia, considerando tanto el uso actual como el acumulativo de IBP. Con datos de 5.712 participantes sin diagnóstico de demencia y con una edad media de 75 años, se encontró que aquellos con uso acumulativo de IBP superior a 4.4 años tenían un 33% más de riesgo de desarrollar demencia en comparación con quienes no usaban IBP. No se observó un aumento significativo del riesgo con el uso actual ni con menores duraciones de uso.

Dado que actualmente no existe un tratamiento eficaz para la enfermedad, es crucial centrarse en la prevención y en la reducción de factores de riesgo. Por ello, es fundamental prestar atención a este aspecto y evitar el uso prolongado e innecesario de medicamentos.


1. Prestación Farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud, 2020-2021. Informe monográfico. Informes, estudios de investigación 2022. Ministerio de Sanidad. [Internet]. [consultado 22 Jul 2024]. Disponible en: https:// www.sanidad.gob.es/estadEstudios/estadisticas/sisInfSanSNS/tablasEstadisticas/InfAnualSNS2020 21/Informe PrestacionFarmaceutica 2020-21.pdf.

2. Gutiérrez-Igual S, Lucas-Domínguez R, Martí Rodrigo A, Romero Crespo I, Montesinos Mezquita MC. Nuevas herramientas para la revisión de la medicación: PRM en pacientes en tratamiento con inhibidores de la bomba de protones [New tools for medication review: DRP in patients treatment with proton pump inhibitors]. Aten Primaria. 2024 May;56(5):102836. Spanish. doi: 10.1016/j.aprim.2023.102836.

3. Kuller LH. Do Proton Pump Inhibitors Increase the Risk of Dementia? JAMA Neurol. 2016 Apr;73(4):379-81. doi: 10.1001/jamaneurol.2015.4931.

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