Si notas una bolita cerca de tu «piercing», lo más probable es que sea parte normal de la cicatrización. Sin embargo, deberás distinguirla de una infección o un queloide

Un pequeño bulto en las inmediaciones de tu piercing no debe ser motivo de pánico. Es cierto que son molestos e incómodos, pero la mayoría responden al proceso normal que inicia tu piel como respuesta a la joya, aunque en ocasiones se confunda con un queloide o una infección. Tanto es así, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, sin importar dónde se realizó la colocación.

El bulto habitual es una acumulación de tejido de cicatrización hipertrófica, que se forma por el trauma en la piel tras la colocación del piercing. Por eso es más frecuente en las cercanías de las perforaciones nuevas o recientes. Además, por tratarse de un tejido desordenado, es más fácil que se forme en el cartílago de la nariz o de la oreja.

Lo importante es diferenciar cuándo es normal y cuándo se necesita atención médica, como en el caso de una infección. Además, debes aprender los cuidados básicos para acelerar la recuperación.

¿Por qué se produce el bulto alrededor del piercing?

Lo que sucede tras la perforación es una respuesta del cuerpo al trauma. Si esa respuesta es exagerada, entonces aparecerán los bultos por acumulación de tejido cicatricial grueso y más elevado que la piel circundante.

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