La vigorexia o dismorfia muscular es una alteración de la imagen corporal que se manifiesta en una preocupación excesiva por el aspecto físico. Generalmente, los afectados buscan de forma obsesiva aumentar su masa muscular a través de ejercicio, dietas desequilibradas e incluso el consumo de sustancias potencialmente nocivas sin control sanitario. Estos productos (esteroides anabolizantes, insulina, hormonas, suplementos alimentarios…) “son fácilmente adquiridos en gimnasios, webs y tiendas específicas, por lo que no hay control en su prescripción y administración”, según refleja un artículo publicado en la revista Medicina General y de Familia.
“En ocasiones llegan a nuestra consulta las consecuencias del consumo de estas sustancias, como la crisis de agresividad por consumo de esteroides”, según comentan los autores de ese análisis, María Ángeles Moreno, Eladio José Tejada y María Dolores Tejada, de la Zona Básica de Salud Estepa, en Osuna (Sevilla).
Manifestaciones habituales de la vigorexia
Estos tres médicos exponen el caso de un paciente que ilustra a la perfección los rasgos más característicos de la dismorfia muscular:
“Varón de 19 años de edad, que acude a la consulta de atención primaria presionado por sus padres, porque desde hace 2-3 meses se muestra irascible y con cambios de humor bruscos y frecuentes.
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