Cuando el frío apremia, el organismo utiliza una mayor cantidad de sus reservas de energía para funcionar con normalidad. Por eso puedes sentir un mayor deseo de comer alimentos ricos en calorías, grasas o carbohidratos (como guisos grasosos o un plato de pasta caliente), los días de invierno. Ya que el cuerpo los transforma en energía y, durante ese proceso, aumenta la temperatura corporal.
El inconveniente es que comer estos alimentos hipercalóricos, muy seguido y sin moderación, puede llevarte a aumentar de peso, lo que a su vez podría traer otros problemas, como aumentar el riesgo de padecer obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Para evitar estos problemas, existen algunas opciones muy efectivas, como escoger alimentos termogénicos, los cuales producen calor durante su digestión o tienen compuestos que favorecen ese incremento de la temperatura corporal. Por otro lado, es importante que esos alimentos sean lo más saludables posible, ya que aportan mayores nutrientes y beneficios. Hay opciones que combinan estas dos características, y te presentamos alternativas —por grupos de alimentos—, para incluir en tu dieta invernal.
1. Proteínas
Las proteínas son macronutrientes complejos a nivel molecular. Por ello necesitan más esfuerzo y tiempo, por parte del organismo, para digerirse, metabolizarse y salir del estómago que los carbohidratos simples. Durante esa digestión prolongada se produce calor, que eleva tu temperatura corporal, por un mayor tiempo.
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