La lluvia no es causa directa de un resfriado, pero sí es un factor que interviene en su aparición. Darse una ducha o tomar una bebida caliente cuando nos mojamos son algunos consejos para evitar que el agua baje nuestras defensas

El temporal de lluvia no da tregua y son muchos los que lo habrán sufrido en sus propias carnes, literalmente hablando. Cuando poco o nada puede hacer el paraguas y se cala uno hasta los huesos, el temor a un inminente resfriado aparece. Sin embargo, ¿puede la lluvia ser la responsable de los muchos “achís” que se escuchan en esta época del año?

“La lluvia en sí no es una causa directa de infección respiratoria, pues para que esta se produzca, tiene que haber un microorganismo que la genere, algo que infecte”, responde Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Sin embargo, el experto afirma que tanto la lluvia como los cambios bruscos de temperatura reducen las defensas del cuerpo y, más en concreto, las locales, ubicadas en las vías orofaríngeas: “Esto hace que tengamos una mayor susceptibilidad y pueda provocarse una infección respiratoria”.

Por ello, tener frío o estar mojado no causa un resfriado, pero sí de manera indirecta al reducir la inmunidad local. Al bajar las defensas, “en época de mal tiempo, podemos encontrarnos en un lugar donde haya estornudos, toses, bacterias o virus circulantes con los que infectarnos, contagiarnos y sufrir la enfermedad”.

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