El periodo que precede a la menopausia, la perimenopausia, puede tener una duración muy variable. Es normal experimentar ciertos síntomas, que pueden consultarse con los profesionales de atención primaria cuando afectan a la calidad de vida

Se habla mucho de la menopausia, pero no tanto de la perimenopausia, que se puede prolongar bastante en el tiempo. La menopausia es una fecha, la de la última menstruación, que marca el fin de la etapa reproductiva de la mujer. Tal y como señala el Ministerio de Sanidad en la campaña que ha lanzado recientemente para mejorar el conocimiento sobre esta etapa y aclarar los mitos y prejuicios en torno a ella, “la menopausia no es una enfermedad ni un trastorno, pero puede venir acompañada de cambios físicos y emocionales que pueden afectar la calidad de vida de las mujeres”.

Se considera que una mujer ha llegado a la menopausia cuando ha transcurrido un año completo sin que haya tenido la menstruación. Algunas mujeres alcanzan este punto sin pena ni gloria: simplemente, dejan de tener la regla. En cambio, muchas otras experimentan en mayor o menor medida diversos síntomas.

Síntomas de la perimenopausia

La perimenopausia o transición menopáusica es un periodo impreciso en la vida de la mujer comprendido entre el momento en que aparecen las primeras alteraciones en el ciclo menstrual y el año siguiente al cese definitivo de la menstruación, que es la menopausia propiamente dicha.

Por lo tanto, la principal característica de esta etapa son los trastornos del ciclo menstrual que, tal y como apunta la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) en la Menoguía Perimenopausia, resultan “de la disfunción del ovario, donde la producción hormonal no sigue las pautas cíclicas de la vida fértil y expone al endometrio a estímulos discordantes/desequilibrados de estrógenos y progesterona”.

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