Aferrarse a alguien por miedo a la soledad, por temor a perder aquello que parece mantener el hilo conductor de la vida podría causar mucho más dolor que dejar ir a esa persona e iniciar una nueva etapa.
Muchas personas tienen la idea de que debe esforzarse al máximo por una relación, aún cuando no se sientan bien en ella, porque “tienen que tener una pareja para estar felices y completos”, “para darle sentido a su vida”, y por ello al final terminan tristes, agotadas, perdidas y rodeadas de limitaciones.
Pero, ¿de qué sirve esforzarse por cumplir esas ideas si en el fondo no dan sentido a nada y no traen bienestar? ¿Acaso no sería mejor dejarlas ir? ¿Para qué quedarse aterrado en una esquina de la habitación y dejarse comer el coco por el miedo al cambio?
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