Un buen calentamiento optimiza la ejecución deportiva. Conoce los tipos de calentamiento y cómo impactan la movilidad, fuerza y resistencia. ¿Sabías que pueden mejorar la coordinación hasta en un 15%?

Antes de cualquier actividad física, preparar el cuerpo de manera correcta marca la diferencia entre un buen rendimiento y una posible lesión. Existen distintos tipos de calentamiento, cada uno diseñado para activar los músculos, mejorar la circulación y optimizar la respuesta del sistema nervioso y endocrino. Más que una rutina previa al ejercicio, esta fase influye en la movilidad, la fuerza y la resistencia.

Sin embargo, no todos los métodos son iguales ni funcionan para cualquier deporte. Algunos son ideales para entrenamientos de alta intensidad, mientras que otros favorecen la flexibilidad o la concentración. Conocer cuál usar en cada caso te ayudará a evitar molestias, mejorar tu desempeño y sacar el máximo provecho de cada sesión.

1. Calentamiento dinámico general

El objetivo del calentamiento dinámico general es preparar el cuerpo de manera progresiva, aumentando la temperatura muscular, mejorando la circulación sanguínea y activando el sistema nervioso. Se compone de ejercicios básicos de movilidad y desplazamiento que ayudan a optimizar el rendimiento y reducir el riesgo de lesiones.

Su intensidad es moderada y los movimientos no requieren una fuerza excesiva. En esta fase, el enfoque principal es activar la musculatura sin fatigar el cuerpo antes de la actividad principal. Algunos de los ejercicios que entran en este calentamiento son:

  • Trote ligero: con el objetivo de mantener un ritmo cómodo, evitando sprints o esfuerzos innecesarios.
  • Caminata en elíptica: una alternativa para activar el sistema cardiovascular sin impacto.
  • Bicicleta estática: permite calentar articulaciones y grandes grupos musculares con intensidad controlada.

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