FUENTE: La Razón
Reza el refrán que somos lo que comemos. “Y yo además, añado que comemos tal y como somos”, afirmó ayer el catedrático de Antropología Social de la Universidad de Barcelona, Jesús Contreras, durante la presentación del III Observatorio de hábitos nutricionales y estilo de vida de las familias. Elaborado por Nestlé, el estudio “pretende analizar la evolución en el ámbito nutricional de los españoles en los últimos150 años, para ver las tendencias y conseguir comprenderlas para así saber cómo podemos mejorarlas”, explicó Anabel Aragón, responsable de nutrición y salud de Nestlé España.
En todo este tiempo, los hábitos nutricionales han mutado. Y si bien la mayoría de ellos han mejorado, sobre todo en estos últimos años, en el ámbito laboral no terminan de despegar, “porque la presión y las obligaciones profesionales muchas veces se ponen por delante de las nutricionales, y en algunas ocasiones, incluso, se prescinde de la comida para ganar tiempo”, recalcó Aragón.
Tal y como apuntó Jesús Contreras, en una época en la que el crecimiento urbano y las aglomeraciones son mayores y el horario es mucho más exigente, el tiempo para la comida a veces se convierte en un comodín para gastar en otros asuntos del trabajo. “Antes la comida subordinaba al horario laboral, y ahora las tornas se han invertido”, añadió el catedrático.
Celiacos
Según el estudio presentado ayer por Nestlé, un 1% de la población española está diagnosticada como celiaca o intolerante al gluten. Sin embargo, se calcula que el 75% de los afectados aún no han sido diagnosticados. Además, el 6% de la población declara seguir una dieta sin gluten.
El citado estudio recoge ciertas mejoras respecto a las anteriores ediciones. “Si antes comíamos más del doble de la carne roja que necesitábamos, en este observatorio hemos visto como el 43% de los españoles ha reducidoconsiderablemente su consumo o ni siquiera la ha probado”, prosiguió el experto,.
Además, el 17% de la población se identifica con una opción a la que la nutricionista se refiere comoflexitariana, en la que la verduras, frutas y hortalizas ganan peso y el consumo de carne y pescado solo es ocasional. “Vemos cómo estamos volviendo a la esencia de la dieta mediterránea, y la gente se informa y se preocupa más por este tema”, detalló Aragón.
Demasiado ocupados
Pero el mundo profesional, y sobre todo la cultura laboral, son dos de los escollos con los que esta leve mejora se choca en el camino. “Sabemos que todos estamos muy ocupados y vamos a mil por hora, pero es necesario que el tiempo de la comida se emplee solo en comer, y no en realizar otras labores”, explicó Aragón.
Y no solo por aprovechar la pausa para descansar y evadirse del trabajo. “Si comes mientras trabajas estás con la mente puesta en otros asuntos, y el instinto de saciedad solo llega si te centras en que estás comiendo. Por eso, mucha gente que come delante del ordenador tarda mucho más en saciarse, y tiene que tomar más cantidad, con todo lo que ello implica”, analizó la nutricionista.
Pero el problema no solo es la cantidad. Comer en la mesa de trabajo lleva a que, indirectamente, el consumidor elija platos más densos, simples y cómodos. “Y esto muchas veces se traduce en unarepetición de alimentos y en la falta de variedad”, continuó la responsable de nutrición y salud de Nestlé España. Ante esto, la experta recomienda planificación, para consumir mediante un análisis previo y no mediante la improvisación. “Comer de una forma equilibrada solo es posible si se invierte un tiempo en programar qué y cómo se consume”.
Y esto, además, debe tenerse mucho más en cuenta cuando el trabajo obliga a comer en un restaurante fuera de la empresa, algo muy frecuente en el mundo corporativo. “Si no puedes llevarte comida de casa, en casi cualquier establecimiento puedes elegir el plato que mejor se ajusta a tu plan por comer de una forma equilibrada”.