FUENTE: Vanguardia
El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Martín, advirtió ayer en Chicago del alto coste de los nuevostratamientos contra el cáncer y, en declaraciones a la agencia Efe, auguró que sin duda en poco tiempo “no vamos a poder pagarlos”. El oncólogo, en respuesta a preguntas de este diario por correo electrónico, resumió así una preocupación en aumento desde hace algunos años y que presenta una gran paradoja: “Que aparezcan fármacos nuevos y eficaces es una gran noticia para los pacientes y es un mérito indiscutible de la industria farmacéutica, pero podemos llegar a una situación difícil en la que no podamos utilizarlos por su elevadísimo precio. Los enfermos españoles tienen acceso con moderadas restricciones a los nuevos fármacos, pero no sabemos cómo vamos a afrontar el futuro si siguen apareciendo nuevos tratamientos de elevado costo”.
Desde el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que se celebra en Chicago y en el que se presentan cada año las principales novedades contra el cáncer, el también jefe de Servicio de Oncología del Gregorio Marañón de Madrid, reconoció su pesimismo y defendió que la industria debería dar prioridad a la investigación de fármacos realmente curativos. “Prácticamente todos los fármacos se aprueban primero en pacientes con metástasis, esencialmente incurables. En esta situación, los nuevos tratamientos pueden prolongar la supervivencia, pero rara vez son curativos. Deberíamos estimular el desarrollo de estudios con nuevos fármacos en etapas precoces de la enfermedad, cuando su eficacia puede ser muy superior, con potencial curativo”.
El presidente de los oncólogos españoles consideró que es momento de abrir una reflexión entre la Administración, la industria, los médicos y los pacientes para ver qué está dispuesto a pagar el sistema público de salud. “Europa está muy preocupada por el problema, cierto, pero de momento no se conoce ninguna iniciativa seria para afrontar el problema”.
Cada vez es más común que pacientes con tumores difíciles participen en ensayos clínicos y en algunos centros punteros, como Vall d’Hebron de Barcelona, una porción nada desdeñable de enfermos recibe de ese modo una medicación personalizada y de última generación de costes elevadísimos que se financia como investigación. “La personalización de la terapia tiene enormes ventajas, y por otro lado el desarrollo de fármacos es muy costoso y la industria tiene derecho a recuperar el dinero que invierte, pero a menudo existe la percepción entre los médicos de que el precio final de los fármacos es excesivo. Debemos llegar a soluciones razonables que permitan que los pacientes oncológicos tengan acceso a los nuevos fármacos. Pero si no cambian las cosas, esto será francamente complicado en unos pocos años. Estableceremos una medicina para ricos y otra para pobres”, advierte el oncólogo Miguel Martín.
“La industria farmacéutica está controlada por accionistas que exigen ganancias, si no cortan cabezas. Capitalismo puro y duro”, apunta el oncólogo.