FUENTE: Cinco Días
El laboratorio farmacéutico Sanofi ocultó supuestamente los riesgos que comportaba el consumo de uno de sus medicamentos a las embarazadas y las autoridades sanitarias del país no avisaron a las familias de los mismos cuando los conocieron, reveló este miércoles el semanario francés Le Canard Enchainé.
La publicación asegura que el laboratorio conocía hace años que el consumo de Dépakine, un antiepiléptico, podía conllevar riesgos del 10% de malformación del feto, y de entre el 30% y el 40% de problemas de desarrollo del niño. Pese a ello, unas 10.000 embarazadas tomaron esa medicina entre 2007 y 2014, por lo que puede haber “miles de afectados”, según un informe de la Agencia del Medicamento revelado por el medio francés. El cálculo es difícil de hacer pues el fármaco se vende desde 1967, aunque las autoridades sanitarias no pueden saber antes de 2007 cuántas embarazadas lo tomaron.
Según el semanario, el Ministerio de Sanidad conocía el informe hacía meses, pero el pasado día 22, jornada en que las autoridades sanitarias se reunieron con miembros de la agencia al respecto, se decidió no informar a las familias de sus conclusiones.
El abogado de los afectados, Charles Joseph-Oudin, acusó a laboratorio francés de haber ocultado “un escándalo sanitario” que afecta “a miles de personas”, aseveró. “Al no haber alertado antes, muchas familias han perdido tiempo para diagnosticar los problemas que tenían sus hijos”, señaló el letrado. Además, aseguró que no cree que el Gobierno haya ocultado información, pero sí que “no ha hecho su trabajo” de vigilancia y control del laboratorio. Indicó que están trabajando con Sanidad para poner en marcha un mecanismo de indemnización a las víctimas. Sanofi cerró con una caída del 2,52% en la cotización.
El semanario señala que los riesgos de malformación derivados del medicamento eran conocidos desde los años ochenta, pero que en el prospecto del producto se limitaron a indicar: “prevenir rápidamente a su médico en caso de embarazo”. Por lo que se refiere a los problemas de desarrollo, la revista indica que los primeros estudios datan de los años noventa, pero que en lugar de aplicar el principio de precaución optaron por no prevenir a las embarazadas hasta 2006. Pero ni siquiera entonces alertaron a las familias de los riesgos y solo en 2010 el prospecto precisaba que su consumo podía comportar “malformaciones del feto”, y “problemas de desarrollo y de autismo” en el niño.
En 2014 se avisó a los médicos de esos riesgos y el año pasado se impuso que las pacientes que lo tomaran firmaran un documento en el que afirmaban conocerlos. Este diario intentó contactar con Sanofi para conocer su versión sin obtener respuesta.