FUENTE: La Razón
España ocupa el séptimo puesto en el último ranking mundial de 188 países según el estado de su sanidad. La salud general en nuestro país ha mejorado considerablemente desde el último estudio internacional, realizado en el año 2000, en el que ocupábamos el puesto 15. ésta es una de las relevantes conclusiones del informe sobre la Carga Mundial de Enfermedades publicado por la revista médica de Lancet y en el que participan instituciones de todo el planeta coordinadas por el Institute of Health Metrics and Evaluations en Seattle.
Se trata del primer análisis independiente del grado de consecución de uno de los más importantes Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas, el desarrollo sostenible de todos los países del mundo basado en la salud.
El informe puntúa en una escala de 0 a 100 variables sociosanitarias tales como la frecuencia de desastres naturales, el sobrepeso, la tasa de mortalidad infantil, las enfermedades infectocontagiosas, la contaminación, el alcoholismo, la higiene, la violencia... y hasta 36 factores que objetivamente afectan a la salud de los ciudadanos. Globalmente, el mundo alcanza una puntuación de 56.3, mucho mejor que la lograda en 2000 pero aún lejos de ser notable.
Los países que mejores resultados han arrojado son Islandia, Singapur y Suecia, con 85 puntos. España, con 82, se halla en un séptimo lugar compartido con Reino Unido, Finlandia y Holanda.
Por encima de nosotros aparece Andorra (85 puntos). Por debajo, países como Canadá (81), Alemania (80, Suiza (78), Francia (77) y un sorprendente Estados Unidos, que ocupa el puesto 28, con 75 puntos.
Los países peor parados en el análisis son la República Centroafricana, (con 20 puntos), Somalia y Sudán (22).
Ningún país del planeta ha alcanzado al 100 por 100 los objetivos globales propuestos por la ONU para el año 2030. Entre ellos, se encuentra la eliminación de las mayores enfermedades epidémicas, como el VIH, y la reducción de problemas como la violencia, la obesidad infantil o el tabaquismo.
Algunos países ricos han arrojado pésimos resultados en determinadas áreas. La obesidad infantil, el sida y el alcoholismo son graves problemas, por ejemplo, en el Reino Unido. La violencia interpersonal y las tasas de suicidio lastran los datos de Estados Unidos donde, sorprendentemente, también se aprecian niveles de mortalidad maternal demasiado elevados para un país desarrollado.
En España los datos son prometedores. Hemos mejorado sustancialmente en casi todos los indicadores. Se alcanzan valores de 99 o 100 en áreas como las tasas de crecimiento infantil, la atención al parto, la calidad del agua o la mortalidad atribuida a polución del aire. En vacunaciones y salud ambiental también nos encontramos entre los mejores países del mundo.
Los peores valores que arroja nuestro país son los relacionados con la obesidad, las infecciones por VIH, el alcoholismo y el tabaquismo. Destaca la pobre puntuación de 33 sobre 100 en el control de enfermedades relacionadas con el sobrepeso.
El informe, que se discutirá en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York la semana que viene, sirve de base para la toma de decisiones en política sanitaria a nivel global. Algunas tendencias parecen especialmente preocupantes, como el desarrollo de la infección por VIH, la tuberculosis, el aumento de las resistencias bacterianas y la violencia tanto interpersonal como bélica. Estos factores seguirán lastrando los resultados sanitarios globales durante las próximas décadas.