FUENTE: Mediterráneo
La Fundación El Alto cumple este año su décimo aniversario. Tiene su sede en la capital del Baix Maestrat y su presidente es el farmacéutico vinarocense David Roca Biosca. Esta organización no gubernamental para el desarrollo cuenta con cuatro premios nacionales (Fundación Cofares, Bankia, BBVA Territorios Solidarios y Correo Farmacéutico) y uno internacional conseguido por la Alianza Mundial para la Tuberculosis.
Trabaja desde el 2006 en la mejora de las condiciones sanitarias de varios hospitales de África, implantando un servicio de farmacia que cumpla con las normas internacionales de calidad. El objetivo final es que los nativos puedan desarrollar ellos mismos las fórmulas magistrales.
Esta entidad nació impulsada por David, que interesado en la cooperación internacional al desarrollo, viajó a varios países para conocer la situación de las poblaciones más desfavorecidas. Fue en el Alto de la Paz, en Bolivia, cuando entendió que tenía que actuar para hacer llegar el derecho a la salud a todas las personas. Con esta finalidad, el 11 de febrero del 2006 creó la Fundación El Alto, junto a otros tres compañeros. Desde entonces, poco a poco, se ha ido consolidando como un proyecto serio y responsable dentro del marco de la cooperación internacional en España.
Actualmente, coordina la ejecución de las tres iniciativas que llevan a cabo en Uganda, Etiopía y Chad. En el hospital de Gambo, Etiopía, la entidad trabaja desde el año 2007 y ha conseguido implantar el primer servicio de farmacia informatizado del país y continua centrando sus esfuerzos en la optimización de los procesos farmacéuticos. Este mismo modelo de funcionamiento lo trasladó al hospital de Saint Joseph de Bebedjia, Chad, con el desarrollo del proyecto de remodelación y dotación del servicio de farmacia que se inició en enero del 2010. En el 2013, arrancaron un nuevo plan, esta vez en Uganda. En el hospital de Saint Joseph de Kitgum, la fundación adaptó los espacios del centro sanitario para desarrollar el servicio de farmacia y construyó un laboratorio de formulación magistral.
Cifras esperanzadoras
Y es que lo más importante para esta oenegé es que estos países puedan fabricar sus medicamentos. Gracias a ello, en estos laboratorios ya se han podido realizar en la última década 22.800 fórmulas magistrales, de las que se han beneficiado 2.375.000 personas. Los 70 voluntarios que han participado en los proyectos han formado a un total de 45 técnicos africanos ininterrumpidamente y se han atendido 780.000 pacientes directamente. La fundación cuenta actualmente con más de un centenar de socios y ya está pensando en su próximo proyecto. Sin duda, una entidad, con sede en Vinaròs, que exporta y transmite a los países más necesitados del planeta la sabiduría adquirida con el objetivo de mejorar la salud de las personas.