FUENTE: El Economista
Jesús Aguilar (Burgos, 1960), presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España, cree que todavía es pronto para hacer balance porque la farmacia "todavía no ha salido de la crisis" y no duda del camino emprendido por el sector para prestar nuevos servicios farmacéuticos a la población. "Podemos aportar ahorros muy importantes al sistema, que sean evidentes y cuantificados" pero a cambio, eso sí, "el farmacéutico debe recibir una remuneración por esos servicios", reclama.
¿Qué tal parada ha salido la farmacia española de la crisis?
Yo creo que no ha salido de la crisis. Para hacer un balance final todavía tenemos tiempo, porque todo lo que depende de la Administración está en una situación bastante complicada con el cumplimiento de objetivos de reducción del déficit. La farmacia ambulatoria sólo representa el 14% de todo el gasto sanitario y, en este periodo de crisis, ha dado el 54% de todos los ahorros obtenidos del Sistema Nacional de Salud. Es un dato objetivo y las conclusiones son fáciles. En una red tan extensa de 22.000 farmacias, la afectación está siendo tremenda.
¿Se han llegado a cerrar farmacias durante estos últimos años?
Ha habido cierres en distintas comunidades, como Cataluña, las dos Castillas o Comunidad Valenciana. La gran red de farmacias es muy sensible. Se nos ha juntado la crisis económica y la disminución de población en muchas zonas. El 72% de las farmacias se encuentra situada en el mundo rural, con lo cual la situación económica es comprometida y, de hecho, se tuvo que acuñar las llamadas farmacias de viabilidad económica comprometida y, ahora, estamos repuntando pero de forma débil.
¿Cómo considera que pueden recuperar el terreno perdido en facturación?
Hay muchas variables. Recuperar, por ejemplo, los medicamentos perdidos no es un tema económico, sino de volver a poner la sanidad y sus los intereses por delante de los económicos. No puede ser que los medicamentos que salen al mercado se estén catalogando como medicamentos hospitalarios, sino que deben estar catalogados con carácter sanitario como siempre se ha hecho.
¿Y en el terreno de los servicios?
Se abre un nuevo horizonte que comenzamos hace dos años y que va a provocar un cambio importante en la profesión farmacéutica, donde hemos ido adaptándonos a las necesidades de las personas. En estos momentos, los ciudadanos y el sistema público de salud pueden tener unos servicios muy importantes dentro de las competencias farmacéuticas y el sistema público, unos ahorros significativos. Podemos aportar ahorros muy importantes al sistema, que sean evidentes y cuantificados, y a cambio el farmacéutico debe recibir una remuneración por esos servicios.
Por último, ¿qué papel debe jugar la farmacia en el futuro, en los próximos cinco o diez años?
Hace dos años nos dimos una hoja de ruta y estamos intentando llevarla a cabo. Es un cambio hacia una farmacia asistencial que entendemos que el ciudadano demanda. Todos los días entran a las farmacias 2,3 millones de personas; es una población importante que está en contacto con su farmacéutico. Los datos de la última encuesta del SNS indican que somos los terceros profesionales mejor valorados y que la confianza de los ciudadanos es relevante. Utilicemos todo esto, porque no hay otro sistema en Europa donde el 100% de los ciudadanos tenga acceso a su medicación a través de la receta electrónica; aprovechemos los sistemas de innovación, como la antifalsificación de medicamentos, pero sobre todo hay que aprovechar este gran potencial farmacéutico.