FUENTE: El Mundo
No lo tiene fácil la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Cuando Dolors Montserrat asumió esta cartera en noviembre recibía una herencia con muchos frentes abiertos, uno de ellos, el copago farmacéutico. Ya en ese momento, varios grupos de la oposición anunciaron que iban a reclamar el fin de este copago para los colectivos más vulnerables, como los enfermos crónicos y los pensionistas. La ministra no parece dispuesta a eliminarlo, aunque sí a modificarlo, según señaló ayer. Concretamente, quiere "ajustar" el copago farmacéutico para los jubilados que cobran pensiones más altas, en el tramo de renta que va de los 18.000 a los 100.000 euros.
"Pienso sinceramente que quien más tiene tendría que pagar más", expresó en declaraciones a Ràdio 4. Montserrat, quien también señaló que los parados de larga duración no deberán abonar una parte de los medicamentos como hasta ahora, negó que el Partido Popular haya impuesto el copago. "Muchas veces partidos de la oposición dicen que el copago farmacéutico lo hemos impuesto nosotros. No, miren, esto no lo digan porque no es cierto, el copago farmacéutico, las recetas como antes las conocíamos de color rojo o color verde, siempre han existido. Las de color verde pagaban un 40% y las de color rojo no pagaban nada. Por lo tanto, el copago siempre ha existido", argumentó la ministra.
"La receta roja que dice la ministra efectivamente era para los pensionistas, que no tenían que aportar nada. La verde era para los trabajadores en activo y aportaban un 40% del coste del medicamento. Con el decreto 16/2012 éstos pueden llegar a pagar hasta un 60% y los pensionistas tienen que pagar. Con el decreto de 2012 es la primera vez que se mete la mano al bolsillo de los pensionistas y el PSOE no lo va a permitir", aseguró a EL MUNDO Pepe Martínez Olmos, portavoz de Sanidad del Partido Socialista en el Senado, quien añadió que se trata de "un anuncio precipitado porque el Gobierno no tiene mayoría absoluta".
Martínez Olmos atendió a este periódico tras reunirse en la sede socialista de Ferraz el Consejo Federal de Sanidad -formado por los consejeros socialistas de los gobiernos autonómicos, los secretarios autonómicos del PSOE y los portavoces regionales de la materia en los parlamentos autonómicos, así como los portavoces de Sanidad en el Congreso, el Senado y la delegación socialista en el Parlamento Europeo-. Este órgano rechazó el aumento del copago para los pensionistas por considerarlo "una barrera de acceso a los medicamentos".
Martínez Olmos indicó que "lo que hay que hacer es dar respuesta a las necesidades de financiación del sistema y de atención a los ciudadanos", mientras que el portavoz de Sanidad en el Congreso, Jesús María Fernández, insistió en que "el copago no es nuestro modelo y no entendemos cómo la ministra puede plantear algo así, mientras sigue sin recuperar el Fondo de Cohesión que eliminó su Gobierno o sin dotar el Fondo de Garantía". Tras la reunión del Consejo Federal de Sanidad, el PSOE exigió la comparecencia de la ministra de Sanidad en el Congreso y la convocatoria de la Diputación Permanente para que Montserrat explique su propuesta.
No es la única voz en contra de lo anunciado por Dolors Montserrat. Para Amparo Botejara, portavoz de Podemos en la Comisión de Sanidad en el Congreso, "los pensionistas son uno de los grupos más desfavorecidos de la población y todo el mundo conoce que muchas pensiones sirven para mantener necesidades de otras personas de la familia". Botejara recalca que, a pesar de que la ministra dijo que iba a dialogar, "con nosotros no lo ha hecho y cuando empiece la actividad parlamentaria desde mi grupo se intentará parar esta medida".
Por su parte, Ciudadanos asevera que esta subida "no se recoge en ningún acuerdo firmado por Ciudadanos y no lo avalamos de ninguna manera. Si el PP quiere subir los copagos, que hable con el PSOE o busque otros apoyos, a nosotros no nos va a encontrar ahí", señalan a EL MUNDO fuentes del partido.
No sólo los partidos políticos. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) también ha mostrado su rotundo rechazo. Su presidente, Manuel Martín, explicó a este periódico que los copagos no han demostrado en absoluto que puedan frenar la demanda de atención sanitaria y tampoco han controlado el gasto. "A los únicos que frena es a los que son muy pobres y no tienen recursos, para los que 10 euros es mucho", comenta Martín, que añade que los gastos administrativos y burocráticos que suponen esta medida van a hacer ineficaz el posible ahorro.
Para Martín es incomprensible la actitud de la ministra que se "empecina en una estrategia que a nivel internacional no ha demostrado beneficio y daña a una parte importante de la población". "Los pensionistas recortaron un 17% de los fármacos que les recetaba su médico, hasta un 23% los de menor poder adquisitivo, algo inaceptable en enfermos crónicos y graves", asegura Martín.