Tras los artículos de blog sobre vacunas frente a la viruela y rabia, de cólera y difteria, tétanos y el sarampión, en este post nos centramos en las vacunas para la rubéola y el papiloma humano.
Rubéola
Esta enfermedad se caracteriza por producir exantema en la piel y afectar levemente a niños y adultos. Sin embargo, durante el embarazo, especialmente durante el primer trimestre, se puede desarrollar el Síndrome de Rubéola Congénita (SRC) cuyos efectos pueden llegar a ser devastadores. El SRC supone un peligro para la salud del feto al producir aborto, muerte fetal, muerte prenatal o malformaciones congénitas.
Entre los años 1964 y 1965 tuvo lugar una epidemia de rubéola en los Estados Unidos, en los que se produjeron alrededor de 12,5 millones de casos. A partir de estos casos, aproximadamente veinte mil niños desarrollaron SRC de los cuales: 11.000 desarrollaron sordera, 3.500 nacieron invidentes y 1.800 nacieron con discapacidad mental. Además, se produjeron más de 11.000 abortos y 2.100 muertes neonatales.
En 1969 se autorizó la primera vacuna frente a la rubéola, una vacuna viva atenuada desarrollada por el investigador Maurice Hilleman, un microbiólogo americano. La obtuvo gracias a los esfuerzos de Paul Parkman y Harry Meyer, científicos de la División de Patrones Biológicos que aislaron una cepa de rubéola que Hilleman empleó para su investigación y posterior desarrollo de la vacuna.
En 1971 la vacuna de Hilleman se combinó con otras vacunas (sarampión y paperas) y formaron la vacuna SPR, también conocida como la ‘triple vírica’. Ocho años más tarde, en 1979 Stanley A. Plotkin desarrolló una vacuna viva atenuada mejor (RA27/3), que reemplazó la vacuna de Hilleman. Una vez más, esta fue sustituida por otra más efectiva que es la que utilizamos en la actualidad.
En 1979, España incorporó al calendario vacunal la inmunización frente a la rubéola en niñas de 11 años. Más tarde, entre 1993 y 1996 se indicó además la administración de una vacuna a los 15 meses de edad y que se administrara una segunda dosis a los 11 años, tanto para niñas como para niños. Gracias a la vacunación, el número de casos desde 1982 a 2019 pasó de entre 140.000-160.000 casos/año a 10 casos anuales. Desde 2015, según la OMS-Europa, se declaró a España un país libre de rubeola.
Papiloma humano
El médico Ian Frazer fue un profesor de la Universidad de Queensland, Australia, que dedicó su investigación al estudio del virus del papiloma humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infección por el virus del papiloma humano (VPH) constituye la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en ambos sexos, e indicó su relación con el cáncer de cuello de útero.
Frazer fue el primer científico que se dedicó al estudio entre la infección provocada por el VPH y el cáncer de útero, siendo este uno de los más comunes en mujeres. Las diferentes cepas de VPH se transmiten por contacto a través de la vía sexual, aunque con frecuencia son asintomáticas.
En 1989, durante su año sabático en la Universidad de Cambridge, Frazer conoció al científico Jian Zhou, interesado en la investigación del VPH. Ambos trabajaron en la elaboración de partículas que presentan similitudes con el VPH para poner en accionar el mecanismo de la respuesta inmune frente a este virus, que fue la base de la vacuna.
En octubre de 2005, la empresa farmacéutica Merck&Co desarrolló la vacuna bajo el nombre comercial de Gardasil, que a través de los ensayos se observó que era muy efectiva frente a la infección de dos cepas de VPH causantes del 70% de los casos de cáncer cervical y el 90% de las verrugas genitales. Tuvo un gran impacto en el ratio de supervivencia de mujeres especialmente en países en vías de desarrollo.
En 2006 se comercializó en España e inoculó a niñas de edad comprendidas entre 11 y 12.
Actualmente, está establecida una relación entre el VPH y el cáncer de cuello uterino que ha sido respaldada por publicaciones científicas (evidencias epidemiológicas, virológicas, estudios de biología molecular, etc.) a lo largo de los últimos 30 años. Aunque, se ha de destacar que además del VPH son necesarios otros factores adicionales para llegar a producir cáncer de cuello de útero, del área genital y esfera otorrinolaringológica.
Debido precisamente a que tanto las mujeres como los hombres pueden ser portadores asintomáticos y, por tanto, vehículos de la infección, así como la evidencia que indica que estos cánceres afectan a ambos sexos; la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda vacunar tanto a niñas como a niños entre 11 y 12 años.
También puedes consultar los artículos de blog anteriores: